No es malo andar perdidos.
Y tampoco es malo andar siempre sin encontrarse.
Así nos obligamos a seguir buscando ¿el qué? pues no sé bien bien el qué...
Lo importante es estar vivo,
tener sensaciones,
electrificaciones,
captar ondas,
emitirlas,
gustarnos,
que nos gusten,
no aburrirnos,
sentir que algo de nuestro ahora está ahí esperando,
disfrutar de las noches-con-manta,
o de las de con-bolsa-de-agua-caliente,
o de las de con-mucho-frío-y-en-soledad,
o de las de en-compañía-acompañada,
o de las de mermelada-dulce.
Nada es gratuito si somos capaces de sentir.
Foto. Amapola solitaria en el final de esta primavera.