Como estaba triste y aburrida, volví a liarme entre fogones con un invento.
Arroz con leche, plátano salteado en mantequilla, queso crema y unos restos de cáscara de naranja confitada y bañada en chocolate que me quedaba por el frigo. Todo envuelto en papel de arroz.
Abrí un tarro de mermelada de albaricoque muy muy casera y este fue el resultado. Muy muy bueno.
(Foto: mi roll con su riquísima mermelada de albaricoque)