Antes encendíamos mecheros.
Ahora, en estos tiempos tan cambiados, se funciona con la pantalla de los móviles.
Pero es igual, ese sentimiento de querer iluminar las emociones es el mismo.
Que grande es este pequeñito hombre!!!
Lleno hasta la bandera de un público entregado, creo que todos nos hemos quedado afónicos de tanto corear sus canciones.
Todas sus composiciones son buenas pero es que hay algunas que se salen tanto que consiguen llegar a todas las fibras sensibles habidas y por haber...
Atropello de sensaciones.
Fué uno de esos pequeños momentos mágicos e iluminados que a veces te ocurren en la vida y que te cargan de energía para mucho tiempo.
(Foto: un instante de Soldadito Marinero ayer en Barcelona)
