Norma.
Mi más gata.
La primera.
Berta.
La casi perrilla.
La más especial.
Didiano.
El que me dió nombre.
El más desarmable.
El más destrozable.
El más blandito blandito.
Boris.
El que casi no estuvo.
El más mejor amigo de mis mastines.
Al único que permitían comer del mismo plato.
El Sin nombre.
El que nunca se dejó.
El que solo vino a quedarse por interés.
Coco.
El "su gato" especial.
El un poco mío también.
La Moña.
Gata que, con tres patas, también sube tejados...
Los hijos de.
Y los nietos de.
Todos seres únicos, especiales y difíciles de olvidar. Cada uno de ellos dejó su impronta en mi corazón.
todos, hermosos animales. Me has dado una idea... buen fin de semana!!
ResponderEliminarTú coleccionas gatos y yo bicicletas, cada loco con su tema :) Me quedo con Sinnombre, el que nunca se dejó, el más lunático. Y no creo que apareciera sólo por interés...
ResponderEliminarAnónimo, coñe!!! ¿me vas a dejar todo el finde con la incógnita de tu idea dada por mí?????...tespero el lunes sin falta, que lo sepas!!
ResponderEliminarDiego, ese Sinnombre tuvo nombre pero hubo un día en que, no sé por qué, lo olvidé. Nunca me ha pasado con ningún otro animalito, sólo con él. Cosas del coco...
Y es que los gatos son muy interesados… te piden cariño cuando lo necesitan; te piden comida cuando están hambrientos… y cuando quieren, se van de juerga y vuelven con las pilas gastadas… los machos pueden volver con heridas de guerra… quizás por haber mancillado un nuevo lecho… . Entonces tan sólo quieren dormir; exigen no ser molestados hasta que despiertan con ganas de más juerga y es entonces cuando te piden que participes de ella.... si te niegas, entonces una nueva huída… está servida.
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