Condenados a volver a encontrarnos siempre.
Por casi todas las esquinas.
En casi todos los momentos y en casi todas las soledades.
Malditas coincidencias y malditos los cruces ya hoy sin palabras aunque sí repletos de deseos.
¿Cómo puede ser el mundo tan pequeño?...
(Foto: manos coincidentes)
Y cuando menos queremos más coincidimos y más se encoge el mundo... Un abrazo.
ResponderEliminarLos caminos del subconsciente a veces se hacen reales. Y dos personas, que aparentemente no se buscan aunque se piensan, se acaban encontrando. Es la magia del deseo. Esas dos manos tan apretadas indican cariño, pasado y presente. Y sus caminos, reales o imaginados, se seguirán encontrando si las dos manos y el subconsciente siguen queriéndolo. Abrazote, Gata :)
ResponderEliminarPues por ahí ando yo de momento, con el mundo encogido por culpa de los caminos del subconsciente.
ResponderEliminarMaldito encogimiento del mundo y maldito subconsciente.
Un abrazo para los dos, no para el mundo y el subconsciente sino para tí Darío y para tí Diego.
Ya dicen por ahí que el mundo es un pañuelo.
ResponderEliminarLo malo es que a veces tiene mocos.
Paradeliña, pues va a ser que yo me encuentro con todos esos mocos que no me gustan ná de ná...o sí...bueno, a ratos y según y como :) pero creo que voy a tener que cambiarme a esos de tissues de usar y tirar.
ResponderEliminarUn beso.