Algunos ayeres me generan todos los despueses posibles (por
aquello de que si quizá el mañana no llegará a llegarme nunca...).
Hay restos de cosas que se empiezan a secar.
Pero siempre hay algo que se reincorpora.
Hay algo que crece.
Hay algo que florece.
Hay algo que se mueve.
Hay algo que sobresale junto a lo que se mueve.
Hay algo grande, enorme...
Luego hay algo que se desecha, de lo que nos desprendemos, algo que se agita.
Y, al final, algo que permanece.
Y todavía hay gatas maullando desde los árboles.
Y ojos que me miran.
Hay muchas cosas que me hacen sentir la Primavera.