Al otro lado del río, Macondo.
Y los Buendía.
José Arcadio, Úrsula, Aureliano, Arcadio, Amaranta, Rebeca, Pietro, Pilar Ternera, Garineldo, Aureliano José, Santa Sofía de la Piedad, Fernanda del Carpio, Petra Cotes, Fernanda, Aureliano el Triste, Aureliano Centeno, Amaranta Úrsula, Mauricio Babilonia...tantos...
Y, entre tantos, Remedios la bella y el trocito que más me impresionó del libro que más me ha gustado.
-¿Te sientes mal? -le preguntó.
Remedios, la bella, que tenía agarrada la sábana por el otro extremo, hizo una sonrisa
de lástima.
- Al contrario -dijo-, nunca me he sentido mejor.
Acabó de decirlo, cuando Fernanda sintió que un delicado viento de luz le arrancó las sábanas de las manos y las desplegó en toda su amplitud. Amaranta sintió un temblor misterioso en los encajes de sus pollerinas y trató de agarrarse de la sábana para no caer, en el instante en que Remedios, la bella, empezaba a elevarse. Úrsula, ya casi ciega, fue la única que tuvo serenidad para identificar la naturaleza de aquel viento irreparable, y dejó las sábanas a merced de la luz, viendo a Remedios, la bella, que le decía adiós con la mano, entre el deslumbrante aleteo de las sábanas que subían con ella, que abandonaban con ella el aire de los escarabajos y las dalias, y pasaban con
ella a través del aire donde terminaban las cuatro de la tarde, y se perdieron con ella para siempre en los altos aires donde no podían alcanzarla ni los más altos pájaros de la memoria.
Gabriel García Márquez. Cien años de soledad
Fantástico esto del Realismo Mágico de nuestro Gabo, el mejor de entre todos.
.....ni los más altos pájaros de la memoria.
ResponderEliminarTremendo fragmento Gata, sin duda de los más mágicos,bellos y espirituales.
Ay Gabo, cuantísimo nos dio de él para nosotros, y aún así me hubiera gustado que no se fuera nunca, que no dejara de regalarnos eso, magia.