Quererte como si no hubiera mundo.
Poder quererte de otro color, pintada de blanco, de azul, de rojo o de negro,
en otra dimensión de las querencias.
Quererte en vertical, ahusado
pero sin hilos, milímetros ni curvas.
Querencia alargada que, de pronto,
se convierte en una fina línea horizontal,
apaisada
espaciosa
anchurosa
holgada
vasta y amplia,
tan emborronada
que se prolonga,
se estira, se dilata,
se confunde,
se extiende prorrogando sucesos.
Y, a menudo, hasta consigue escapar deslizándose entre mis dedos
sin yo poder retener
ni uno solo de los granos de la arena de su playa.
Alargado y en vertical,
para que yo, quizá, pueda alcanzarle...
(Foto: Un instante alargado de querencia)
Este no es ningún pobre poema. Me parece una delicadeza sublime...
ResponderEliminarGracias Darío.
ResponderEliminarBss.
Hay besos y textos que lo dicen todo.
ResponderEliminarSí Diego, sobre todo cuando salen de tan adentro :)
ResponderEliminarUn beso para ti.
Que se prolongue y estire y ensanche pero no para escapársete sino para abarcarte entera y colmarte. Me encanta el concepto (y el instante alargado de la foto). Me encantan los adjetivos y verbos que has utlizado, como le dices a Diego,se nota que te han salido de dentro, se nota el fluir de las palabras y de lo que sientes. Me gusta mucho gata, me alegra este texto. Un besazo!
ResponderEliminarMaravillosa forma de querer..
ResponderEliminarPatri, esos instantes alargados son una gozada.
ResponderEliminarY una maravillosa forma, Paradeliña...
Besitos a las dos :)
Qué belleza, gata, las palabras surgen con una armonía preciosa :) Gracias por compartirlo con nosotros :)
ResponderEliminarAnaM!!! gracias a ti.
ResponderEliminarUn besazo guapa :)
Precioso Gata, todo un placer leerlo.
ResponderEliminarBesitos