Y algunas veces suelo recostar
mi cabeza en el hombro de la luna
y le hablo de esa amante inoportuna
que se llama soledad.
Es que, en el fondo, estamos más solos que la una.
Y ahí ellos, dos pajaritos acompañaos por muchísima gente que casi se quedó (nos quedamos) afónicos de tanto berrear las canciones.
Momentos mágicos.
Sus voces ya muy cascadas pero bueno...¿qué más nos da?...son ellos!!!
Pensé que no iban a cantar este tema...gggggrrrrrrrrrrrrrrrrr...y resultó que fué el último más último de todos los bises, el más aclamado.
Estuve.
Pa muestra la camiseta que anduve regateando a un argentino supermegaguapísimo.
Dedicado a quien ya sabe qué.
Hoy hizo que recordara este cachito.
Y todo por culpa de una puñetera T.
Qué profunda que eres, Gata. Uno, que es de reacción tardía... se estruja los sesos para llegar a ningún sitio... Esperaremos a momentos de más lucidez.... Besos T
ResponderEliminarLa t de serraT, la t de la gaTa, la t del posTe, la t de la camiseTa. Hoy te rodean las T, sabiniana-serratiana :) Ya sé a quién le dedicas esta entrada: a la t Ti (bueno, digo yo...)
ResponderEliminarAnónimo ¿a ningún sitio?...no me lo puedo de creé!! pero si Tú Tienes alas!!
ResponderEliminarDiego, las T de Tú, Te, Ti, conTigo...
Besitos a los dos.