martes, 17 de junio de 2014

MUDANZAS 4



Sigo en el tema.
Otro capítulo más.

También hay que alimentarse en estos procesos de cocina desvalijada ¿no? y reponer fuerzas para no desfallecer. 
Esta vez tuve que improvisar muy mucho. Ya había embalado las bandejas del horno y... coñe!!! que me apetecía una pizza. Suerte de que el paquete de harina todavía reposaba tranquilamente en su rinconcillo del armario y de que los restos de levadura estuvieran aún tocando la guitarra al fondo del primer estante del frigo (que sigue enchufao).

Busqué por los youtubes y comprobé que es posible (increíble) hacer una pizza sin horno. Me lié con la masa, arrebañé los cuatro restos comestibles de un compango que me quedaba por ahí, la cocí durante 15 minutos en una sartén tapada con aluminio y, oiga, que casicasi que queda tan buena como la de verdad.



Toy pensando que, quedándome todavía un mes para el traslado, si puedo hacer pizza sin horno pues también podré hacer pan y como tengo una botellita de buen aceite aún sin embalar pues... de hambre no me moriré. 
A malas, siempre puedo recurrir a la tienda de Jandro, comprar un par de latitas de La Piara tapa negra y, con la excusa de reponer fuerzas, meterme un buen chute del foigras más nefasto del mercado pero que tanto me gusta. 
Ayyyyy... que mal se puede llegar a comer en tiempos de mudanzas...



3 comentarios:

  1. Y si tienes mucha hambre, te invito a comer...

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  2. Gracias Paradeliña.
    Oyes, que sueño con visitarte algún día y poder sentarme a tu mesa :)
    Bss

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  3. Yo quiero pizza "desa"....qué hambre, si me invitas a comer te ayudo con la mudanza, si no me invitas también!!! :)

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