sábado, 19 de junio de 2010

IN MEMORIAM

Mis rosas blancas para el recuerdo.





No te pares al lado de mi tumba y solloces.
No estoy ahí, no duermo.

Soy un millar de vientos que soplan y sostienen las alas de los pájaros.
Soy el destello del diamante sobre la nieve.
Soy el reflejo de la luz sobre el grano maduro.
Soy la semilla y la lluvia benévola de otoño.

Cuando despiertas en la quietud de la montaña,
soy la mariposa que viene a tu ventana.
Soy la suave brisa repentina que juega con tu pelo.
Soy las estrellas que brillan en la noche.
No te pares al lado de mi tumba y solloces.

No estoy ahí, no he muerto.


(Poema cherokee)

4 comentarios:

  1. Una noche de verano
    —estaba abierto el balcón
    y la puerta de mi casa—
    la muerte en mi casa entró.
    Se fue acercando a su lecho
    —ni siquiera me miró—,
    con unos dedos muy finos,
    algo muy tenue rompió.
    Silenciosa y sin mirarme,
    la muerte otra vez pasó
    delante de mí. ¿Qué has hecho?
    La muerte no respondió.
    Mi niña quedó tranquila,
    dolido mi corazón,
    ¡Ay, lo que la muerte ha roto
    era un hilo entre los dos!.

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  2. Un poema precioso anónimo.
    Yo pensé que me había leído todo lo de Antonio Machado pero veo que ese se me escapó.

    Gracias.
    Un beso.

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  3. No se puede acabar con los hombres,
    han aprendido a escribir,
    han aprendido a poner sus manos en el mundo.

    No se puede acabar con los hombres,
    han aprendido a taracear papeles con sus sueños,
    sus quimeras y sus cavilaciones de altos vuelos.

    Ésto lo ha escrito una poeta que he conocido gracias a ti.

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  4. Diego, es que Alejandra es muuuuuy buena escribiendo. Y ella acaba diciendo:

    Amaron una vez,
    ya no podrán dejar de amar.

    Y algunos no le temen
    ni a la muerte.


    Un beso.

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